La habitación que ocupé era ruidosa, especialmente por la noche. me esperaba un sueño reparador y solo obtuve molestias. Además, noté que la escalera, a pesar de lo que dicen, es un verdadero desafío. no es nada que te impida disfrutar, pero, qué pena, ¡es incómoda! Deberían haberme ofrecido una mejora en la habitación como compensación, aunque sea mínima.

Desayuno correcto y buena atención de Valentino.

El café que alegra las mañanas

La ubicación es ideal, con todo a pasos. Cada mañana, el aroma del café recién hecho nos despertaba. Valentino, el anfitrión, fue increíblemente servicial y nos guió por la ciudad.

Sin embargo, las escaleras pueden ser un desafío, especialmente con el equipaje. Además, la limpieza podría ser más profunda, ya que notamos algo de polvo en los rincones.

Limpieza excelente, ducha funciona muy bien, habitaciones con todas las comodidades

La limpieza no es tan profunda, siempre hay polvo y pelusas en rincones. Las escaleras son un reto para quienes cargan equipaje, un pequeño inconveniente que podría mejorar la experiencia!!!

La atención del anfitrión fue excepcional. siempre dispuesto a dar recomendaciones personalizadas sobre los lugares turísticos y restaurantes locales.

Sin embargo, la limpieza en nuestra habitación podría haber sido más exhaustiva, ya que encontramos polvo en algunos rincones.

La habitación es muy acogedora y

limpia, ideal para descansar después de un día explorando Florencia. La ubicación es excelente, a solo minutos de la estación de tren. Valentino, el anfitrión, fue increíblemente amable y nos ofreció buenas recomendaciones sobre dónde comer.

La habitación era espaciosa y cómoda, con una cama muy agradable y un baño bien iluminado. La atención del anfitrión fue excepcional, siempre dispuesto a dar recomendaciones sobre lugares para visitar y comer. Además, cada mañana recibimos cápsulas de café y galletas, un detalle que hizo nuestro despertar mucho más agradable.

Se notó un poco de polvo en rincones que podría mejorarse.

la habitación tiene terraza llena de plantas vibrantes que es muy agradable. la entrada es un poco oscura y estrecha, puede ser desconcertante.

La habitación era cómoda, aunque algo ruidosa por la noche.

una experiencia única llena de encanto

atención al detalle, ubicación increíble

escofoco viejo

una experiencia única gracias a valentino, el anfitrión que nos hizo sentir como en casa con amable atención y excelente ubicación, cerca de restaurantes y atracciones

Locanda Della Musica es un lugar increíble. La ubicación es perfecta, a solo 5 minutos de la estación de tren. Las habitaciones son espaciosas y cómodas, decoradas con un toque vintage. Valentino, el anfitrión, es muy amable y siempre está dispuesto a ayudar. Nos dio excelentes recomendaciones para disfrutar de la ciudad y su auténtica gastronomía. Además, puedes contar con el servicio de limpieza diario, que es excepcional. Definitivamente, ¡volveremos!

El hotel tiene habitaciones dobles con decoración única que aportan un toque especial. La experiencia en general resulta bastante agradable y acogedora, ideal para disfrutar después de un día explorando.

La limpieza deja un poco que desear, ya que se notaron pelusas y polvo que no se atendieron entre un día y otro. Además, la habitación tenía un zumbido intermitente, especialmente en la habitación 3, que podría no ser del agrado de todos. Algunos ruidos de la calle también se hacían un poco molestos durante la noche.

La habitación que ocupamos era cómoda y acogedora, ideal para una escapada. Sin embargo, notamos algunos ruidos molestos durante la noche y la limpieza podría ser más detallada, ya que había polvo acumulado. A pesar de estos inconvenientes, disfrutamos de nuestra estancia.

Ubicación excelente, a solo 5 minutos de la estación. Habitación acogedora y limpia, con decoración vintage muy agradable. El anfitrión, muy atento y con buenas recomendaciones sobre la ciudad.

Qué delicia de lugar! La sémola y las opciones gastronómicas cercanas son de otro mundo. Tropas de trattorias por doquier, como la Trattoria Mario y la Fedora, que son paradas obligatorias para saborear la auténtica cocina florentina. Además, la habitación era vasta y cada mañana nos sorprendieron con cápsulas de café y galletas, ¡un detalle que te alegra el día!

Lo único que me pareció un poco out fue la entrada. Te da la impresión de que estás entrando a un edificio antiguo y algo descuidado. Pero una vez dentro, todo brilla y compensa cualquier primera impresión.